Fundada en 1792 por el Marqués de Sobremonte, quien bautizó al paraje que originaba con el nombre de "La Carolina" en honor a Carlos III de España, hospedó en su territorio a muchas empresas dedicadas a la explotación del oro, preciado mineral que se agotó 60 años después.
Actualmente, conserva gran parte de su arquitectura original, con sus construcciones de adobe, piedra o ladrillo bordeando su única calle. En su extensión pueden vivenciarse apasionantes excursiones por el interior de la antigua mina de oro, búsqueda de oro en el río, rappel, tirolesa, ascenso al cerro que custodia la localidad, visita al museo de piedras, y otras tantas opciones igualmente fascinantes.